Para ese tiempo ya la dictadura había mostrado su peor cara criminal: había masacrado las protestas sociales desde 2018 con un baño de sangre de más de 300 muertos, miles de heridos, cientos de detenidos y desaparecidos forzosamente y una represión brutal como solo la dinastía Somoza pudo haber hecho antes en Nicaragua.
En medio de aquella desolación y panorama de terror, donde algunas voces públicas ya se habían apagado poco a poco o salido del país para preservar sus vida y libertad, la voz de Michelle Polanco se seguía oyendo clara y fuerte en Canal 10, que era entonces el último canal independiente y crítico frente a la brutalidad de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Sin embargo, una arremetida judicial del régimen contra periodistas y líderes políticos a partir de mayo de 2021, obligó a que la periodista tomara la decisión urgente de abandonar el país para preservar su libertad y la seguridad de su familia.
Y así, de pronto, la voz y el rostro de Michelle desapareció de la televisión nacional, para aparecer luego en otras plataformas desde donde sigue aquella su labor que no pudo continuar en Nicaragua.
VEL: ¿Desde cuándo estás en el exilio Michelle?
“Yo me exilié el 17 de agosto de 2021, posterior a varias detenciones de los candidatos a la presidencia de ese año. Me vine a Cleveland, Ohio, y desde ese entonces permanezco acá”.
VEL: Entiendo que seguís en el periodismo. En un proyecto de podcast y en otro medio. ¿A partir de qué momento estando en el exilio empezaste a hacer periodismo o nunca tuviste una pausa?
“Recién venida estuve desconectada de los medios de comunicación y de hacer periodismo por más o menos tres meses, todavía formaba parte de la Comisión Ejecutiva de Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN) y tenía contacto con los colegas.
Posteriormente salió la oportunidad de locutar en un podcast, una iniciativa del periodista Ismael López y otro colega, fue algo corto por el tema de la agenda y el tiempo de los tres, fue algo complicado sostenerlo, y en ese entonces no tenía muchas herramientas para hacer los podcasts.
Después, en ese lapso, yo logro encontrar un espacio radial latino aquí en Cleveland y decido aplicar para formar parte del grupo de locutores de Mega Media Inc, ubicado en todo Ohio.
Con esta empresa me da la oportunidad de seguir haciendo comunicación, pero un poco diferente a lo que yo había hecho porque la radio es más musical, más comercial, más de artistas y no tanto de información o política, pero me da la oportunidad de estar en el medio, de hacer radio que nunca había hecho, una radio distinta a la que yo conocía, entonces es una oportunidad de hacer algo nuevo y de seguir haciendo algo de comunicación.
También tienen un periódico mensual donde se da la oportunidad de escribir una pieza de reportaje al mes, usualmente de color, y entonces de alguna manera sigo haciendo periodismo escrito también”.
VEL: También hay otro proyecto de periodismo. ¿Cierto?
“Sí. Desde abril, los muchachos de Realidades, el programa de podcast, me contactan para ser parte de este equipo de podcast que está enfocado en recuperar la memoria histórica de Nicaragua, es más formal, ya somos varios y logramos, aun con dificultad, compaginar nuestras agendas y logramos seguir haciendo periodismo independiente sobre la problemática sociopolítica de nuestro país”.
VEL: La mayoría de mujeres periodistas exiliadas trabajan principalmente en una actividad económica y alternan sus tiempos libres con el ejercicio del periodismo. En tu caso trabajás en una radio y a la vez contribuyes a Realidades ¿Así es o además hay otras labores?
“De momento no, pero en algún momento sí lo hice. Antes de Realidades y la radio, cuando estaba apoyando la otra iniciativa de podcast, trabajé recibiendo llamadas en un restaurante para hacer pedidos, recibía llamadas y servía comida en ese restaurante y entonces tenía la radio, el podcast y estaba sirviendo mesas en un restaurante mexicano.
Ahorita solo me dedico a la radio y los podcasts, pero en el exilio y en Estados Unidos no es fácil vivir solo de un ingreso, de modo que estoy buscando la oportunidad de otro trabajo en el área social, un part-time, ya que en la radio trabajo solo cuatro horas, es decir, part-time, entonces el ingreso por la radio no es completo”.
VEL. ¿Podrías considerar como un éxito profesional y personal que puedas ejercer el periodismo en el extranjero, tomando en cuenta las dificultades que acarrea salir del país?
“Definitivamente he tenido un poco de suerte, un poco de bendiciones, porque es todo un éxito estar trabajando en un medio de comunicación en Estados Unidos, considerando que hablo inglés pero no fluido y hay muchos colegas que se la han visto más complicado para encontrar un trabajo en un medio de comunicación local o nacional en el exilio, y pues tengo la fortuna de tener un grupo que me apoya, de estar en un lugar donde me han asegurado techo y comida a mi familia.
Eso ya te permite un poco más de seguridad y estar trabajando en la radio y con el podcast me da cierta satisfacción profesional y de éxito el poder mantenerme en mi medio y seguir haciendo periodismo, que es lo único que he hecho y lo único que sé hacer, la verdad”.
VEL. Michelle: ¿Qué piensas o sientes cuando ves a otras colegas haciendo periodismo desde el exilio?
“Yo siento admiración por ellas. Sobre todo, de aquellas que son dueñas de sus espacios, de sus medios, de sus plataformas… Yo séque conducir un medio requiere de gran responsabilidad y dedicación. Yo no tengo esa capacidad y disciplina, por eso yo admiro a Jenifer Ortiz (Nicaragua Investiga), a Maryorit Guevara desde la Lupa, a Patricia Orozco junto a su hija Tamara en Agenda Propia, a la muchacha de Galería News, Abigail, que es toda una forjadora de proyectos, tiene una agenda grandiosa, propia; a Martha Irene con su República 18… ellas y otras son un gran ejemplo para mí y otras generaciones de mujeres periodistas que queremos seguir ejerciendo desde el exilio”.