En Nicaragua la información relacionada a las personas portadoras de VIH es de estricta confidencialidad, no solo en el país, sino también en varias partes del mundo, para promover el autocuidado frente a esta enfermedad, pues la Organización Mundial de la Salud (OMS), asegura que el 18% de las personas con VIH en América Latina y el Caribe desconocen su infección.

El artículo No. 3 de la Ley No 820, Ley de Promoción, Protección y Defensa de los Derechos Humanos ante el VIH y Sida para su Prevención y Atención, establece que por ningún motivo las instituciones públicas y organizaciones privadas pueden divulgar información que identifique a personas con VIH en Nicaragua.


“(…) no se divulgarán en espacios públicos o privados: nombre, dirección, datos clínico-epidemiológicos y otros datos, que identifiquen a las personas con el VIH, o que pueda afectar su vida privada, económica, social, política y cultural”, reza la Ley 820.

Régimen irrespetó Ley

No obstante, en Nicaragua existió un caso de una persona a quien se le violó toda información privada como paciente de VIH. Se trató del primer muerto por Covid- 19 en Nicaragua a finales de marzo de 2020, quien fue expuesto por las mismas autoridades sanitarias.

De acuerdo con un comunicado emitido por el Ministerio de Salud (Minsa), el paciente número dos reportado en Nicaragua con Covid-19 falleció debido a “múltiples fragilidades de salud”, entre ellas diabetes e hipertensión.

Y destacó que el fallecido era un paciente portador del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), algo que causó revuelo y fue considerado como una violación a la privacidad del paciente, de acuerdo a organismos de derechos humanos.


Responsabilidad de todos

Para una defensora de derechos humanos, quien prefirió el anonimato, es importante omitir la información privada de los pacientes con VIH, sobre todo, para no estigmatizar a grupos sociales como a la comunidad LGTB.

La experta señaló la importancia de “no poner ojo sobre algún sector” porque “la responsabilidad es de todos”. Incluso, aseguró que “tanto hombres como mujeres estamos expuestos a un VIH”.

Por ello reclamó que aún existan “muchos prejuicios y estigmas de que las personas gay, trans o bisexuales, somos las que tenemos o estamos más propensas a adquirir VIH”, cuando la realidad es que no”.

“No se debe seguir marcando a la población LGBT como los principales afectados con el virus; ahora existen las relaciones sexuales a temprana edad por niños, jóvenes y embarazos no deseados. Estos pueden contraer una infección ya que los están realizando a escondidas con temor, sin ningún consejo que pueda ayudar a evitar algún tipo de ETS”, finalizó.

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