Las parroquias de Masaya han sufrido ataques de la turbas orteguistas desde 2018. Muchas fueron asediadas y profanadas como parte de las sistemáticas violaciones a la libertad religiosa. La última que registró un caso de estos fue la iglesia Nuestro Señor de Veracruz, del municipio de Nindirí, donde su sacerdote fue detenido en diciembre de 2023 y expulsado al Vaticano el 14 de enero de 2024.

La madrugada de ese enero, el régimen de Daniel Ortega expulsó hacia el Vaticano a 19 religiosos católicos detenidos entre diciembre y enero, entre ellos un sacerdote del departamento de Masaya: el padre Pablo Villafranca. El religioso  había sido detenido por la Policía y luego liberado. Pero nuevamente, fue arrestado y se encontraba en condición de desaparición forzosa.

Aunque esta parroquia no es circunscripción eclesiástica de la zona pastoral de Masaya sino de Managua, lo cierto es que sí le pertenece a este departamento por territorio político, por lo cual el padre Villafranca, se convirtió en el único religioso de la Ciudad de las Flores que fue desterrado hacia la Santa Sede junto a los obispos de Matagalpa y Siuna, los monseñores Rolando Álvarez e Isodoro Mora.

Feligreses consultados bajo anonimato dijeron que la población sigue asistiendo a las misas con normalidad, y las labores pastorales son asumidas temporalmente por el “padre Ramiro”, quien era el Vicario parroquial del sacerdote Villafranca. En el caso de los viacrucis de cada viernes, en esta iglesia se han realizado en el atrio del templo, a diferencia de otras parroquias de Masaya donde se ha permitido los recorridos penitenciales alrededor de los templos o del parque.

“Ahora el padre Ramiro es el que quedó a cargo y está haciendo todo como si estuviera el padre Pablo prácticamente, pues él ya manejaba las cosas así”, indicó una fuente cercana a la parroquia de Veracruz.

A punto de morir en el vuelo a Roma

La expulsión del sacerdote de Veracruz, como también se llama la comarca de Nindirí, donde se ubica esta parroquia, ha tomado a muchos por sorpresa, sobre todo porque la feligresía, espera la llegada del nuevo párroco o administrador parroquial para que éste continúe con las labores pastorales del padre Villafranca, quien era un sacerdote de edad avanzada con padecimiento crónicos.

Durante el viaje de salida de Nicaragua con escala en Venezuela, el padre Villafranca sufrió un infarto que le impidió seguir en el vuelo con los demás religiosos con destino a la Santa Sede. El sacerdote fue atendido dentro de la embajada nicaragüense en ese país, por el temor a que falleciera en el avión y porque en los hospitales, no tenían garantías, según informó el cronista deportivo y expreso político, Miguel Mendoza.

Hasta ahora esa información no ha sido confirmada, ni desmentida por las autoridades católicas de Nicaragua, por lo cual se presume como cierta. Mendoza luego actualizó que el padre Villafranca, logró recuperarse tras varios días de estadía en Venezuela para poder continuar su viaje a Roma donde sería recibido por diplomáticos de la Santa Sede.

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